le saca punta a los edificios, sube un avión,
despacito va desvirgando nubes hasta que una grande se lo come.
Más abajo los primeros pimpollos desde la poda de otoño
y la gente que camina mirándose los pies.
Se vienen las noches de primavera
las estrellas
ponen toda la garra
para brillar más
en la pantalla de mi cine.
Ahhh las noches de primavera, sí. Y por las mañana ya siento el aroma de las flores desde mi balcón.
ResponderEliminarY no, no hay pósters, no hay nada en las paredes, sólo blanco (y tal vez un poco de mi imaginación).
lindo ese cine, con cesped en lugar de butacas y besos en lugar de pochoclos
ResponderEliminarel verano es el perfume de los tilos.
ResponderEliminarlos paraisos son los primeros en florecer, eso es en primavera.
despues vienen los tilos. ya cuando el calor se junta en la copa de los arboles y baja hasta las calles, las casas, las personas...
que se llenan del perfume de los tilos y todo parace un viaje lisérgico montada sobre mis chancles de colores.
qué cantidad de días faltan para terminar con el asfalto ardiente, el calor agobiante, al aguacero insuficiente, y la corbata que se empeña en ajustar más y más!
ResponderEliminary bueno... me gusta el frío, che!
El título me recordó a crónica TV con sus placas locas. Después, al leerlo, se me inundaron los ojos de imágenes.
ResponderEliminarTe encontré en Oblogo. De casualidad. Porque si bien siempre está en la cocina de siempre, nunca le presté atención. pero hoy sí.
ResponderEliminarTu historia es aterradoramente parecida a la mía, y más aún me convenzo después de leerte un poco más.
Te voy a seguir.
Me gustó mucho. La nube que se lo come, las estrellas, nuestra pantalla de cine personal.
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