Despunta el otoño
y el árbol de mi casa
se quedó sin hojas.
La sombra que proyectara orgulloso
durante las estaciones cálidas,
ahora es monopolio de los gomeros
y otros perennes.
“No te hagas mala savia” le digo
mientras le acaricio la corteza,
“¿no ves que esos tupidos
nunca supieron lo que se siente
desprenderse de lo que sobra?”.
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sigo sosteniendo que el poema en sí se defiende y es terrible...
ResponderEliminarun abrazo, Pablo
odio pisar las hojas que quedan en la vereda en otoño....horrible época para mi gusto...besote!
ResponderEliminarHay que desprender o largar, para agarrar luego con mas entereza, mas fuerza...
ResponderEliminarme gusto mucho.
Te dejo un abrazo,
Facu.
Me encantó
ResponderEliminarPrimera visita, único poema leído, me encantó, en especial la versión corregida y el no te hagas mala savia
ResponderEliminarSaludos
cada vez me gusta más.
ResponderEliminaruna hermosa oda al otoño, que ya se nos fue!
besotes amigo!
ahhh! y vuelve YO AMO... sería estupeno verte alli!!
ResponderEliminaraprvecho y dejo el link ;)
http://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=209331465769691&id=520428081&ref=notif¬if_t=like#!/pages/YO-AMO/123175174406382
JA!
mua!
muy bien ahí el gomero y los perennes, son un misterio anual. mi favorito del invierno: el aromo. re lindo ese poema.
ResponderEliminaral fin encontré bella poesía.
ResponderEliminarsaludos pablo, te dejo en mi nombre un par ed blogs q estoy haciendo.
ResponderEliminarTu poema me ha dejado pensando Mientras recuerdo a mi bella Buenos Aires
ResponderEliminarun saludo
Me encanto!
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