
El negro gruñe, busca roña,
el resto no da bola.
El negro tiene bronca,
el resto tiene hambre.
Entonces el negro se abalanza
sobre el petizo y lo caza del cuello.
El resto espera.
Cuando el negro se termina de sacar la bronca,
el resto, medrosamente, se acerca
y se saca el hambre.
ay Pablo cuánto tiempo sin leerte, y estas sensaciones de querer salir corriendo...
ResponderEliminarCruel y hermoso.
ResponderEliminarEl negro no tiene nada que ocultar.
ResponderEliminarsacar el hambre a bocados, llenarse de sangre el vacío...
ResponderEliminarmuy bueno che...
ResponderEliminarpobre petiso, hecho bocado.
ResponderEliminarHola Pablo!! gracias por leerte
ResponderEliminarun entero abrazo